Las humedades representan uno de los problemas más frecuente en todo tipo de viviendas. Con la construcción de un inmueble con materiales de la mejor calidad, podemos evitar y prevenir este inconveniente.
Pero no siempre tenemos esta opción. Las viviendas antiguas o que han sido construidas sin los materiales adecuados, sufren humedades que afectan tanto al inmueble como también al confort e incluso la salud de las personas.
En este artículo te contamos los distintos tipos de humedades que podemos afrontar con un trabajo efectivo de reforma en tu hogar.
Humedades provocadas por una instalación deficiente o con daños
Las humedades que identificamos de forma más habitual son las provocadas por algún daño puntual en las tuberías existentes.
Cuando esto se produce, un trabajo de fontanería puede ser una solución temporal apropiada, sin embargo, si la instalación de agua y/o calefacción está deteriorándose, sería un buen momento plantearse su sustitución por nuevos materiales.
En la actualidad, los materiales utilizados en el sistema de tuberías que requiere una vivienda, son de mucha mayor calidad que los antiguos y ofrecen una vida útil todavía a mayor plazo.
Humedades provocadas por falta de impermeabilización
Las humedades que son generadas sobre todo por el agua de lluvia, son conocidas como humedades por filtración.
Ante una deficiente impermeabilización de la superficie, el agua consigue filtrarse al interior de la infraestructura causando daño allí donde llega, una sensación incómoda a nivel térmico y puede propiciar la aparición de moho.
En la mayoría de casos, una reforma de impermeabilización de paredes, fachada o incluso pavimento, puede ser la solución más rápida y efectiva. Podremos contar con un hogar completamente estanco frente al agua, para evitar completamente que vuelvan a repetirse las filtraciones.
En estos trabajos también suele ser necesario reparar los daños ocasionados por estas filtraciones, sobre todo si las hemos dejado evolucionar por demasiado tiempo.
Para poder conseguir una impermeabilización óptima, primero estudiaremos las superficies sobre las que debemos trabajar y luego aplicaremos los materiales de mejor calidad, para conseguir el efecto deseado. Algunos de los más recurrentes son los morteros impermeabilizantes, las resinas de poliéster, las telas asfálticas, la impermeabilización por PVC, láminas asfálticas, láminas plastificadas, láminas autoadhesivas, láminas drenantes o láminas sintéticas, solo por identificar algunas.
Humedades provocadas por falta de condensación
Además de por filtración, el agua y la humedad pueden aparecer en nuestra vivienda por un efecto de condensación. En estos casos, surge vapor de agua por el contraste térmico entre el interior de la vivienda y el exterior.
En estos casos tenemos muchos elementos sobre los que trabajar, aunque en la mayoría de proyectos la sustitución por unas ventanas adecuadas suele ser la mejor solución.
Además de escoger ventanas con unos efectos de aislamiento e impermeabilización óptimos, también podemos actuar sobre las paredes de la vivienda e incluso las puertas (las interiores y las exteriores).
Por otro lado, también podemos instalar los elementos apropiados para favorecer la ventilación de las estancias y evitar así que se produzca una condensación continuamente.