En la ciudad estamos acostumbrados a las ventanas de aluminio. Son las más clásicas, las más económicas, pero también las menos atractivas vialmente y sin capacidad aislante.
Las alternativas a las ventanas de aluminio son varias, pero hay una que pocas veces se escoge. Os las recomendamos a continuación, las ventanas de madera.
¿Por qué no se escoge con más frecuencia ventanas de madera?
Las ventanas de madera no siempre son una solución escogida por varias razones:
- Requieren un mayor presupuesto en su instalación.
- Necesitan más mantenimiento.
- Pueden estar fabricadas en un acabado inflamable.
- Modelos antiguos no son alternativas sostenibles.
Pese a estas primeras desventajas, en realidad las ventanas de madera son muy recomendables. A continuación te explicamos los beneficios que puedes obtener de una instalación de este tipo.
La sostenibilidad con ventanas de madera
Uno de los principales focos de inversión que ha recibido la madera estos años es el relativo a la sostenibilidad. Se ha realizado en dos sentidos.
El primero de ellos en madera reciclable. Gracias a los nuevos procesos de tratamiento de madera, podemos conseguir productos más asequibles en el mercado, completamente funcionales y sin gastar recursos del medioambiente.
En segundo lugar, también se está optando por la madera de determinadas clases, que crece mucho más rápido y su durabilidad es mayor. De hecho, está aprovechándose materiales como el bambú incluso para la construcción de edificios.
Ahorro económico y mayor confort
Una vivienda con ventanas de madera disfruta internamente de mayor confort. Producen un aislamiento térmico excelente y son aptas tanto en invierno como en verano, para mantener una temperatura interior óptima.
Esto, además de bienestar, tiene una ventaja añadida que es el ahorro económico en la factura de la luz o el gas, relativa a la climatización.
Tipos de ventanas de madera
En la mayoría de casos distinguiremos dos tipos de ventanas de madera, las duras y las blandas.
Obviamente no son términos literales. Las maderas duras provienen de árboles con un crecimiento más lento y, por tanto, requieren mayor coste. Sin embargo, son mucho más resistentes y duraderas.
Las maderas blandas, por su parte, corresponden a árboles de hoja perenne, que crecen mucho más rápido. Son más asequibles, pero se recomiendan para ventanas de madera interiores, como por ejemplo, las que dan a un patio privado.
Diseño de las ventanas de madera
Hoy en día podemos tratar las ventanas de madera de la forma que queramos. La apertura basculante es la más apropiada, tanto por la vistosidad que produce en una vivienda, como también por ser en la práctica más funcionales.
El diseño de interiores asiático también ha promulgado las ventanas de madera correderas. Requieren una estructura propia que permita este tipo de movimiento horizontal para abrirlas y cerrarlas, pero en la práctica el resultado es visualmente atractivo y, además, ahorran un espacio considerable.
En cualquier caso, unas ventanas de madera consiguen una estética inmejorable, que puede encajar en todos los estilos de vivienda.