En las reformas de baño uno de los trabajos más solicitados es el relativo a cambiar bañera por plato de ducha.
En este artículo te explicamos las ventajas que tiene esta decisión, así como también el proceso de reforma que requiera. ¡Mucho más fácil de lo que puedes pensar!
Por qué cambiar la bañera por el plato de ducha
Hay muchos motivos por los que se decide cambiar la bañera por el plato de ducha. El primero de ellos, porque es más práctico.
Muchas veces utilizamos la bañera como ducha, por no llenar de agua todo el espacio y dedicar tiempo más pausado a nuestra higiene personal. Es una opción muy sugerente, pero implica mucho mayor gasto de agua y un tiempo que no siempre disponemos.
Además, una ducha permite ahorrar espacio, aunque como veremos más adelante la tendencia no está yendo precisamente por este camino.
Por otro lado, a nivel estético una ducha actual ofrece una imagen más atractiva en la reforma de un baño. Los modelos de bañera antiguos suelen crear contraste con los diseños de baño más modernos, por eso a la hora de reformarlo, se escoge de forma prioritaria una ducha.
Cambiar bañera: Las dos fases del trabajo
Como es lógico, cambiar una bañera por una ducha no es tan sencillo como cambiar una bañera por una bañera o una ducha por otra ducha. Pese a ello, no es una reforma complicada y se puede hacer de forma bastante rápida.
En la reforma de baño en la que necesitemos cambiar una bañera distinguimos dos fases, la de desmontaje y la de montaje.
Fase de desmontaje: Quitar la bañera
Primero hay que desmontar la bañera, pero no es algo tan burdo como una pequeña demolición. Una vez asegurado el cierre del agua, eliminamos el faldón, los azulejos que estén afectados y la propia bañera.
Para crear el espacio necesario, también preparamos todo el suelo, quitando los azulejos que no vayamos a utilizar y preparando la zona donde va a ir la ducha.
Fase de montaje: Grifería y ducha
Primero se coloca el plato de ducha, actuando sobre cualquier elemento de cañerías que tengamos que compaginar.
Es importante el trabajo de grifería en este sentido. Las bañeras suelen tener los grifos a baja altura, por lo que si no contamos con un grifo superior tendremos que crear la instalación necesaria, lo que también implica terminar alicatando las paredes.
La última parte es la colocación de la mampara, que depende principalmente del plato de ducha sobre el que se coloca y de las paredes en que se apoya.
Tendencias actuales en la reforma de una ducha
La tendencia estética actual es realmente atractiva en lo referente a duchas. Lejos de los antiguos modelos herméticos en los que todo estaba oculto, se opta por una transparencia de materiales con el vidrio como protagonista.
No solo se consigue así un resultado visual impactante, sino que además se obtiene una mejora en el concepto espacial del baño, ya que al no tener el elementos opacos, permite verse en toda su extensión.