La reforma de baño es uno de los servicios más demandados. Esta estancia del hogar es imprescindible, al mismo tiempo que es importante garantizar en ella funcionalidad, higiene y comodidad.
A la hora de reformar un baño podemos elegir entre un «lavado de cara» sobre los elementos más deteriorados o una reforma integral.
La reforma integral puede parecer más cara, pero a la larga la inversión ofrece mayor rentabilidad, por no hablar de los beneficios que puede ofrecer en el propio desarrollo de la obra y en los resultados obtenidos.
Un diseño de baño uniforme
Es extremadamente difícil hacer encajar un diseño de baño antiguo con las innovadoras opciones que tienen los materiales y el mobiliario actual.
En una reforma integral de baño, podemos encajar todos los elementos de saneamiento con un nuevo estilo decorativo en pavimento y paredes, así como conseguir acabados uniformes que tengan plena compatibilidad entre ellos.
Es la mejor opción a nivel «visual» para un acabado perfecto, dado que todo encaja dentro de un diseño único, que se amplía a cada rincón del baño.
Adaptación perfecta de los elementos
A diferencia de otras estancias, los elementos de un cuarto de baño deben encajar entre ellos con una precisión quirúrgica.
El riesgo de fugas de agua y de que se rompan materiales en una instalación «a trozos», hace poco recomendable reformas no integrales en un cuarto de baño.
Por descontado no es imposible, pero si sucede cualquier imprevisto, será mucho más fácil y rápido ejecutar la solución en el caso de reformar por completo el baño, que si solo actuamos sobre unos elementos.
La reforma integral de baño es más rápida
Algo clave a la hora de elegir entre reforma integral de baño y una reforma parcial. La que es «integral», pese a requerir acción sobre todos los elementos de la estancia, se puede ejecutar con mayor rapidez.
El motivo es que la organización de las acciones de la reforma y su ejecución, es mucho más sencilla que si debemos preservar, cuidar y mantener elementos ya existentes en el cuarto de baño.
Obviamente no estamos comparando una reforma integral con el cambio de un sanitario que, al fin y al cabo, no es una reforma parcial sino una mejora de un elemento concreto.
Si, por ejemplo, debemos cambiar ducha, lavabo y suelo, nos podría costar más hacerlo respetando los elementos actualmente instalados, azulejos incluidos, que si tenemos que abordar una reforma integral.
Una reforma integral de baño previene problemas
En cualquier obra o reforma puede aparecer un problema. Una pequeña fisura en la junta entre un plato de ducha y el pavimento puede provocar humedades.
Sin embargo, es mucho menos probable que esto suceda si se ha realizado una reforma integral, precisamente por lo que comentábamos anteriormente de la adaptación entre los elementos.
Un cuarto de baño requiere que todo encaje perfectamente. Luego no hay opción de mover los muebles o los sanitarios si no nos metemos de nuevo en obras. Por eso la instalación debe efectuarse siempre por profesionales de calidad.
Con una reforma integral, evitamos problemas en este sentido y reducimos la probabilidad de tener que sufrir imprevistos, cuando nuestro baño esté completamente reformado.