Una de las reformas más solicitadas consiste en cambiar un suelo tradicionalmente en gres, por un suelo laminado.
Hay muchas ventajas por las que escoger realizar la reforma del suelo laminado. En este artículo te contamos algunas de ellas. Pero lo que más importa, como es lógico, a los propietarios es saber cuánto cuesta el suelo laminado y cómo se presupuesta su reforma. También hablamos de ello.
Por qué escoger suelo laminado
El suelo laminado es una opción atractiva. El mercado ha evolucionado tanto, que hay infinidad de diseños entre los que elegir, desde madera que simula la natural, hasta acabados envejecidos, elegantes estilos nórdicos o artificiales brillos atemporales.
Además, el suelo laminado es más económico que muchas otras soluciones de suelo, más fácil de limpiar y más rápido de instalar, sobre todo cuando se trata de una reposición.
Gracias a estas ventajas, el suelo laminado es una excelente alternativa a otro tipo de suelos. Tanto es así, que la tendencia del mercado ha motivado a muchos propietarios a valorarlo en la compra de un piso. Con esto, también ha conseguido que el precio de venta de una vivienda se incremente si cuenta con suelo laminado.
Cuánto cuesta poner suelo laminado en una casa
Esto nos lleva a la cuestión principal. ¿Cuánto cuesta realmente poner suelo laminado en una vivienda? ¿Qué coste supone una reforma de suelo laminado?
Como es lógico, no hay un precio cerrado sino que depende de varios factores, que os detallamos a continuación.
El primero de ellos el precio del producto. La variedad de diseños existente, viene ligada a una franja de precios realmente alta. El metro cuadrado de suelo laminado más económico puede fijarse fácilmente entre 5 y 6 euros, con una equivalencia más o menos idéntica en el caso de los rodapiés, que casi siempre vienen acompañando a este suelo.
El precio, obviamente, se incrementa conforme el diseño y la resistencia del material va alcanzando nuevos niveles. Hay algunas opciones que superan hasta los 30 euros el metro cuadrado.
Todo ello refleja que, en realidad, poner suelo laminado cuesta más o menos lo que el propietario al final quieren invertir en él.
Por descontado, la mano de obra cuenta en el coste final. La recomendación para evitar posibles problemas en el futuro, desgaste antes de tiempo o deficiencias en su colocación, es contar siempre con profesionales con experiencia.
Poner un suelo laminado se pueda afrontar de tres formas. En primer lugar, cuando se coloca como primer suelo. En estos casos se incluye en una reforma integral, su colocación es rápida y efectiva, aunque requiere todos los trabajos de «volado» propios de este tipo de suelo.
En segundo lugar, la opción más solicitada, es cuando sustituye un suelo antiguo. Si no se puede colocar encima, supone tener que quitar el suelo original, crear toda la instalación del nuevo y esperar que se asiente de forma óptima. Conlleva más tiempo y más coste.
Por último, cada vez con más frecuencia se solicita una reforma de un suelo laminado a otro. Esta opción permite disfrutar de un diseño completamente original en el hogar, con la ventaja de que requiere menos trabajo y es más rápido de realizar. Por tanto, también es más económico, aunque con unos resultados tan satisfactorios como si fuera la primera vez que se disfruta del suelo laminado.
